lunes, 12 de octubre de 2009


Los recuerdos me producen tanta melancolía que quizás es mejor no recordarlos.Cuando intento mirar para atrás en mi vida invento una felicidad que quizás no exisitió y alomejor por eso me duele tanto recordar, porque descubro el presente como un tiempo triste, o al menos más triste que el anterior.Y esque por más que caiga, no aprendo a levantarme.Soy así, y al final me he acabado acostrumbando a mi misma y a entender la belleza de estar triste.Intento entender que la vida es una vez, que el hoy llegará a ser pasado antes de que me de cuenta y de que tengo que apreciar y mirar todas las veces que pueda esos ojos que me aportan tanta felicidad, antes de que ya no los pueda observar.Pero no lo hago y sé que no lo lograré nunca.Porque en el fondo de mi corazón entiendo la vida como un recorrido que se compone de pasado, presente y futuro.No solo de presente.Y en la tristeza que me produce el pasado se esconde la felicidad de haberlo vivido y poder recordarlo.A veces me gustaría poder olvidarme de todo y vivir una vida sin recuerdos, y no porque no los tuviera, sino porque no me diera tiempo a recordarlos en una vida compleja y apasionante..Pero de que serviría eso..Al final me acabaría olvidando de mi pasado, un pasado que es mío y solo me pertenece a mí al igual que mis recuerdos.Y esque, entiendo la melancolía como un sentimiento bello casi perfecto que te saca lo mejor de ti mismo, tus añoranzas, tus recuerdos más intimos, esa vida que el destino eligió para que la vivieras tú y nadie más que tú..Y se me entremezclan los recuerdos y mi alma se invade de aquellos olores, sabores, aquella magia de mi niñez que sabe más dulce con el paso de los años, y con ello más lejana..Aquella sensación de transparencia en el olor de la casa del pueblo, ese calor asfixiante en la cocina mientras jugábamos a matar moscas, el sonido estruendoso pero divertídisimo de aquella armónica que tanto nos encantaba, aquellas escaleras y mis deseos de tirarme por la barandilla como en las películas de Hollywood, tus gritos al verme tirada en la cocina viendo la televisión más tarde de las doce y tus reproches para que llegara a casa pronto.Recuerdo la alegría de aquellas mañanas recogiendo patatas, lechugas y tomates en la huerta del abuelo para llevarlas a casa y que mamá y la abuela nos hicieran algo rico de comer, tus ganas de sonreír lo máximo que pudieras en esta vida, como si de una competición se tratase(y si así hubiese sido, la habrías ganado), aquellos domingos de misa en la iglesia del pueblo que eran la escusa perfecta para después tomar un par de mostos y vinos en casa Cayo.Como olvidarme de aquel día recogiendo moras para después hacer una tarta de moras con nata..y aquellos días de colegio, juegos de mamás y papás y muñecas.Mi padre recogiéndome del colegio para llevarme al parque no sin antes pasar por la tienda de chuches y comprarme unas cuantas gominolas.La fragancia de mamá y los tacones con los que intuía que estaba apunto de llegar a casa después del trabajo..Sagrario y sus múltiples refranes y, como no, aquellas canciones que no parábamos de cantar.Los libros que nunca terminé de leer, y los enfados de papá en la playa porque le había manchado de arena mientras leía el periódico.El sol y la alegría de los veranos de diversión y cuadernos de refuerzos de matemáticas que tanto odiaba hacer y el temor a las tormentas y el frío y la lluvia de los días de invierno de deberes y carcajadas en el comedor.Y al final, la vida y el tiempo te van enseñando a a amar esos pequeños detalles, que forman parte se tí, de tu vida, de tu apsado, de un tiempo que nunca más volverás a vivir y que por ello los revalorizas más por esa condición de "invivibles", de únicos..de "siempretuyos".


(20 de mayo de 2009, Madrid)


Y yo sigo queriendo contar otoños contigo.


Mires donde mires, en otoño todos parecemos vulnerables, faltos de afecto aunque vivamos en pura sobredosis. Sólo encuentras ciertas miradas perdidas, y otras que te suelen desviar. Cuando llega el invierno ya muchos morimos en silencio intentando sobrevivir, restando importancia al no sólo respirar sino al vivir en sí. La primavera llega floreciendo sentimientos olvidados. Recordando que sin regarlos poco aguantarán. Y muchos nos damos cuenta de que aunque se veía venir no nos hemos preparado. El verano llega como un susurro muy dulce, atrayendo hacía él lo mejor y lo de peor de nosotros. Llega con sus besos de las mil y una noches bajo una luna casi llena. Y luego dicen que las estaciones no nos cambian..

Un 23 de septiembre en el que quise olvidar, y no pude.


Cansada de las mañanas frías, de autobuses que nunca llego a tiempo a coger, cansada de mis manos heladas y de atardeceres de noche cerrada, de pensamientos irracionales que me llevan hasta la locura, de sonrisas que saben a mentira y de mentiras que parecen verdades.Cansada de un septiembre más sin tí, de días que no me dicen nada y de noches en las que no puedo dormir.Cansada de los finales felices y de la suerte en tus pestañas.Cansada de besos sin nombre, y de tantas cartas acumuladas aún sin envíar.Cansada de lágrimas secas y de sonrisas que no son más que el símbolo de la tristeza de un corazón desolado.Cansada de una vida que no está sino aún por empezar, cansada de esa música que consigue helarme el alma y de esos susurros dulces que nunca consigo entender(ni quiero).Cansada de tus tormentas de verano en pleno diciembre, de esa magia que veías sobretodo en la oscuridad, cansada de tus puntos suspensios en los te quiero y de esas carcajadas tuyas que me hacían cosquillas.Cansada de tus manos enredándose en mi pelo y de tus llamadas los domingos lluviosos.Cansada de mi miedo ante lo desconocido y de no saber decir te quiero con palabras.Cansada de amores, que no son sino mentiras, porque no consiguen ensancharme el alma y hacerme mejor persona.Ni siquiera consiguen que sueñe despierta y de besos con la nariz.Cansada de una vida que no puedo compartir con ella, ni hacer que sus ojos tristes consigan acordarse de mí.Cansada de la soledad o más bien de malos acompañantes que hacen que me sienta más sola que cuando no hay nadie.Cansada de creer que mañana será mejor, de morir varias veces al día sobretodo los jueves, de no saber captar la esencia del momento, del ahora y tener que esperar varios años para conocer la magia de ese instante.Cansada de llorar escuchando una melodía, o de no saber encontrar la belleza de un oceáno de sol, o de un libro viejo de papá, o de una rosa sin espinas.Cansada de este mundo de mentiras disfrazadas de verdades, de cárceles cuyo lema es la libertad, de cuentos sin final porquearranqué sus páginas, de trenes que nunca llegan y de la muerte en su mirada.Cansada de que nadie escriba mi nombre al lado de un día tres en su calendario o de que nadie me llame a medianoche.Cansada de semáforos en rojo sin beso inculido o de no volver a ver las calles mojadas de mi niñez.Cansada de no sentir la lluvia mojando mis pies descalzos o de no saber luchar por mis sueños.Cansada de no ser tu princesa y de que no me lleves a ver las flores de colores de Amsterdam.Cansada de todo, de nada.. Y esque nunca debía arrojar la llave que abre mi corazón al foso común donde yacen los sueños, las esperanzas y las ilusiones de días de incendios de nieve.


¿Sabes?Ya sé por qué te quiero... Te quiero porque eres casa, da igual lo que pase ahí fuera, porque juntas somos casa y todo está en paz. ♥


Maldita nieve de este largo enero, nos cubre el hielo de un silencio aterrador, mejor lo rompo yo. Las pocas fuerzas las empleo hablando, palabra dura que ametralla tu interior y parte el bloque en dos. Ya empezo el segundo asalto y esperaré el gran impacto, golpea bien, hazlo bien.Aún hay más, es algo extraño, a quien te ayuda lo rechazas sin pensar,...conmigo harás igual. Y sé que tu reinado es falso, y ves que yo lo he señalado y ya soy tu gran incomodidad. Y sé que si no hacemos algo el hielo durará mil años, ¿crees que alguien nos encontrará?Ganas tú el segundo asalto y lo haces sin mover tus brazos, esto sí fue un gran impacto. Golpeas bien, lo haces bien.


Hablar verdaderamente con alguien es abrazarlo, y en cuanto cruzamos las primeras palabras tuve la sensación de que habíamos empezado a hacer el amor.



Cuando me cansé de ser igual que los demás.Cuando quise ser diferente.