jueves, 15 de octubre de 2009


Ella nació a finales de los años cincuenta,en un pequeño pueblo de provincias, de esos que parecen de cuento de invierno.Situado en las altas montañas leonesas de no más de cien habitantes, cuando ella se levantaba en los días de invierno para ir a la escuela todo su cuerpo se inmovilizaba, su pelo y toda su ropa en sí se volvían de un color blanco puro y sus manos se volvían rojas o azules debido al intenso frío que te helaba hasta el corazón.A Su madre, no se le olvidaba nunca decirle que se pusiera la bufanda y el gorro de lana que le hacía cada año, pero siempre se le olvidó hacerle guantes contra el frío, asique en ella, en sus frágiles manos sigue permaneciendo aquel frío intenso de su niñez.Ese frío se trasladó hasta la capital de provincias para que la niña estudiara y "tenga una buena educacíon y mereza algo más que lo que aquí etse pueblín pueda darle"solía decir su padre, un honrado campesino, al que se le quería al instante de conocerle, porque era feliz con una pequeña huerta, el abrazo de su familia cada mañana y los besos de su princesita al acostarla por las noches.Aquella preciosa niña rubia de inocentes ojos verdes, empezaba, sin saberlo a vivir, a ver el mundo más allá de montañas inundadas de nieve y de lo que había aprendido en el viejo transistor que escuchaba por las tardes en la cocina junto a la lumbre.Se compró su primer tocadiscos a los dieciseis y desubrió su amor por esa música que le producía chispas de magia en el alma, sobretodo, si giraban los vinilos de aquellos chicos ingleses con un submarino amarillo, que decían que lo único que necesitas es amor.Y sin darse apenas cuenta con los diecisiete se enamoró de un chico del pueblo de al lado que la llevaba al baile y la hacía bailar al ritmo de "Twist and Shout".Él tenía coche, y mintiendo a sus padres ella iba a los cines de madrugada con él a ver las estrellas, a escribir sus iniciales con un corazón en el tronco de algún árbol cualquiera, y a jurarse que nunca se separarían.Luego la llevaba a casa a medianoche con la camisa un poco desabrochada entreviéndose su sujetador y no sabía que desde la ventana su madre la observaba moviendo la cabeza de un lado para otro y sonriendo, como si queisiese decir " Hay cosas que nunca cambian, pequeña y nunca conseguirás mentirme".
A veces cuando recuerda aquellos años, se le saltan lágrimas de melancolía, recordando como fue rozar la felicidad, tocar las estrellas en las noches de verano y vivir intensamente con sus falditas cortas de vida alegre y su bicilicleta roja que utilizaba para esonderse cuando se enfadaba con papá.
La chica de las mil locuras, como la llamba su madre, se le ocurrió a finales de los setenta irse a Madrid transladando el frío gélido, táctil, mágico de sus manos a la capital en un agosto seco de bochorno y calor asfixiante.La capital, ohh la capital, allí la niña de los ojos verdes cambió las noches de bervenas del pueblo, por las de las discotecas, y garitos más conocidos de la capital.Vivió la locura de los años ochenta con Mecano, Alaska y Dinarama o Ramoncín.Bailó reflejándose en las bolas de discoteca más grandes de Madrid, y probó el sexo, las drogas y el Rock and Roll.Tenía una capacidad innata para encontrar un huequito en el corazón de todos los que la conocían que se quedaba enbelesados mirando la alegría fría que les contagiaba o el escalofrío en los pies con tan solo un guiño suyo de ojos.Por aquel entonces la llamaban la chica de los ojos bonitos, la que iba enamorando y volviendo locos a los niños de papá de la capital.Besó a muchos en las noches ochenteras de locuras, pero ella quería un tio de verdad de esos con los que te sientes segura, protegida cuando te abrazan por detrás.Sus manos frías seguín siendo propiedad de nadie, solitarias cuando paseaba por la Gran Vía.En los noventa se enamoró de un hombre que le regaló rosas sin apenas conocerla, y a ella que no la habían regalado flores en su vida, le pareció lo más dulce que habían hecho por ella nunca.Se enamoró tanto del chico que había viajado por medio mundo, que conocía todo tipo de música y tenía una pequeña biblioteca en su casa con todos lo tesoros literarios de todos los tiempos, que decidió acasarse con él, así sin más sin esperan un año más como decía su madre.La felicidad fue intensa pero duró poco, nació su única hija, y pronto empezaron los problemas familiares.En esta época de su vida, se convirtió en la chica valiente, sin miedo, la que arfontaba los problemas sonriéndole a la vida y decidió separarse para seguir buscando una felicidad que con él ya no existían.Y, esque la vida, la vida, es así, un continuo cambio, un abrir y cerrar de ojos, y ella lo aprendió muy bien, tanto que lo único a lo que se aferra es a sus recuerdos felices de una vida intensa, porque el presente hay que vivirlo al minuto, día a día, sin pensar qué pasará.Sus manos siguen estando frías un día como hoy, en el que cumple taitantos, como dice ella, y en casa no para de sonar el teléfono, felicitándola, no tanto por los años, sino por los sueños que ha llegado a cumplir en su vida, que han sido muchos.
La chica de los ojos verdes bonitos, la inocente, la de la bicicleta verde y los vinilos de Los Beatles ,la de las mil locuras, la que se fué a Madrid buscando una vida apasionante, la que vivió la pasión de las noches ochenteras, la que se enamoró efímeramente, la valiente, la que es fuerza,valor,la que se supera día a día, la chica de las manos frías, es sin pensarlo dos veces, la persona a la que más quiero, he querido y querré en toda mi vida, porque nuestros corazones están pegados con superglú y no se separán jamás.Ella es mi madre, con la que discuto todos los días, la que me ayuda en mis días grises, la que me apoya simepre y me llama por teléfono para ayudarme a hacer la comida, la que adoro, la que comparte mis miedos y mis alegrías, la que me dice que llegaré lejos si me lo propongo,la que ha vivido junto a mí los episodios más amargos de nuestra vida,la que nunca me soltará de la mano, la que me da achuchones todas las noches en el sofá, la que hoy va a salir con sus amigas y se va comer el mundo..ella, la persona más increíble que he conocido.Ella, mi madre.
Felicidades mamá, por las millones de sonrisas que cumples hoy, por tus millones de batallas ganadas, por todos los miedos que dejaste atrás..Felicidades, solo alguien como tú podía haber sido tan feliz.

miércoles, 14 de octubre de 2009


Llegó el momento de apagar las luces de neón
Sentarnos a sintonizar el viejo transistor
Quizá este no sea un buen momento
Pero llevamos varios años sin encontrarlo, sin encenderlo

Crónica de cómo el silencio no nos dejaba dormir.


Había días en los que yo no existía, la mayoría.Él actuaba como si yo fuera transparente, y me ignoraba.Había días en los que a mí misma me gustaba no existir.Había días en los que era incapaz de sentir dolor.Veía como ocurría todo, pero nada significaba para mí; no estaba pasando.Había una misma cara frente al espejo que a veces sonreía y a veces no.A veces tenía un ojo amoratado, a veces tenía marcas en el cuello.Había bofetadas e insultos a mi madre.Había lágrimas y gritos.había patadas, empujones y gruñidos.Había treguas, silencios que duraban semanas, calma vacía y tensa.Había un odio que flotaba permanentemente por la casa, a veces contenido y a veces desatado.Yo atesoraba mi dolor, lo estrujaba hasta comprimirlo en el menor espacio posible y luego lo enterraba cuidadosamente bajo mis pies.

martes, 13 de octubre de 2009

Hablarte de la orilla de tus abrazos, y de que mi esperanza sigue allí, no es más que una excusa, como aquella vez que me llevé tus guantes para poder sentir tus manos. O todas las veces que he querido adelantar los relojes para que el tiempo no fuese tan lento y encontrar tus pasos al otro lado de la puerta.Son solo una excusa para decirte que te echo de menos y que sigo dibujando mapas de lugares por descubrir, como los lunares de tu cuello.

Pequeño corazón oxidado.


Mi corazón está difuminado, no tiene forma. Cuesta verlo y entenderlo y, sin embargo, a veces late. Sólo a veces. Pero luego le entra el miedo y se pierde, se hace pequeño en mi escritorio. Muy muy pequeño. Tanto que de golpe cabe en la palma de mi mano y tengo que tener cuidado para no estrujarlo porque en él está escrita la palabra que nos une, la misma que a veces nos aleja. En esos momentos el pánico se camufla, se acerca con sigilo para susurrarle que al final siempre tambalea y se cae. Sin embargo hoy, un día cualquiera, sin miedo lo coloco en la yema del dedo y te lo entrego.

lunes, 12 de octubre de 2009


VIVIR ES APRENDER A VER EL SOL EN LA OSCURIDAD.


Tú, mi poesía de otoño.


Creo en la magia de tus palabras, del viento moviendo tu pelo, de los susurros que esconden palabras que no existen todavía, de tus manos rozándome y haciéndome desvanecer.Creo en los otoños de miradas encontradas, del frío guardado en tu nariz mientras paseamos por la Gran vía.En las hojas que se caen cuando pasas y en los niños jugando con el barro que aparece después de la lluvia.Creo en las miradas de sonrisas, en las calles que se alegran cuando me coges de la mano, en tus lunares, que sin que tú lo sepas todavía, me ayudan a quererte un poco más.Creo en las canciones que me mandan mensajes subliminales,en la radio que a veces pienso que solo habla para nosotros cuando ponen nuestra melodía, en la forma de recitarme las poesías de Neruda y hacerme creer que no existe mundo más allá de nosotros.Creo que en el momento que te conocí el tiempo se paró y estoy completamente segura que el universo entero conspiró para que aquel octubre tú y yo nos enconráramos en aquel cine de madrugada.Creo, ahora más que nunca que todo pasa por algo y que somos como un puzzle, que nuestras piezas encajan a la perfección, así mi nariz es proporcionalemnte perfecta al hueco que dejan tu barbilla y tu cuello.Creo que eres puro arte, espectáculo..eres cuadros sin pintar, aquel libro que nadie ha leído, eres como la playa en enero y como la sensación de vivir en una noria de la que nunca te quieres bajar.Eres POESÍA.Eres mi poesía, la que me roza el alma, y me hace desvanecer con solo mirarme.Y si fueras una melodía, serías ésta :Jackson C. Frank__Blues Run The Gamehttp://www.youtube.com/watch?v=-Qt0d0hnkbQ



Los recuerdos me producen tanta melancolía que quizás es mejor no recordarlos.Cuando intento mirar para atrás en mi vida invento una felicidad que quizás no exisitió y alomejor por eso me duele tanto recordar, porque descubro el presente como un tiempo triste, o al menos más triste que el anterior.Y esque por más que caiga, no aprendo a levantarme.Soy así, y al final me he acabado acostrumbando a mi misma y a entender la belleza de estar triste.Intento entender que la vida es una vez, que el hoy llegará a ser pasado antes de que me de cuenta y de que tengo que apreciar y mirar todas las veces que pueda esos ojos que me aportan tanta felicidad, antes de que ya no los pueda observar.Pero no lo hago y sé que no lo lograré nunca.Porque en el fondo de mi corazón entiendo la vida como un recorrido que se compone de pasado, presente y futuro.No solo de presente.Y en la tristeza que me produce el pasado se esconde la felicidad de haberlo vivido y poder recordarlo.A veces me gustaría poder olvidarme de todo y vivir una vida sin recuerdos, y no porque no los tuviera, sino porque no me diera tiempo a recordarlos en una vida compleja y apasionante..Pero de que serviría eso..Al final me acabaría olvidando de mi pasado, un pasado que es mío y solo me pertenece a mí al igual que mis recuerdos.Y esque, entiendo la melancolía como un sentimiento bello casi perfecto que te saca lo mejor de ti mismo, tus añoranzas, tus recuerdos más intimos, esa vida que el destino eligió para que la vivieras tú y nadie más que tú..Y se me entremezclan los recuerdos y mi alma se invade de aquellos olores, sabores, aquella magia de mi niñez que sabe más dulce con el paso de los años, y con ello más lejana..Aquella sensación de transparencia en el olor de la casa del pueblo, ese calor asfixiante en la cocina mientras jugábamos a matar moscas, el sonido estruendoso pero divertídisimo de aquella armónica que tanto nos encantaba, aquellas escaleras y mis deseos de tirarme por la barandilla como en las películas de Hollywood, tus gritos al verme tirada en la cocina viendo la televisión más tarde de las doce y tus reproches para que llegara a casa pronto.Recuerdo la alegría de aquellas mañanas recogiendo patatas, lechugas y tomates en la huerta del abuelo para llevarlas a casa y que mamá y la abuela nos hicieran algo rico de comer, tus ganas de sonreír lo máximo que pudieras en esta vida, como si de una competición se tratase(y si así hubiese sido, la habrías ganado), aquellos domingos de misa en la iglesia del pueblo que eran la escusa perfecta para después tomar un par de mostos y vinos en casa Cayo.Como olvidarme de aquel día recogiendo moras para después hacer una tarta de moras con nata..y aquellos días de colegio, juegos de mamás y papás y muñecas.Mi padre recogiéndome del colegio para llevarme al parque no sin antes pasar por la tienda de chuches y comprarme unas cuantas gominolas.La fragancia de mamá y los tacones con los que intuía que estaba apunto de llegar a casa después del trabajo..Sagrario y sus múltiples refranes y, como no, aquellas canciones que no parábamos de cantar.Los libros que nunca terminé de leer, y los enfados de papá en la playa porque le había manchado de arena mientras leía el periódico.El sol y la alegría de los veranos de diversión y cuadernos de refuerzos de matemáticas que tanto odiaba hacer y el temor a las tormentas y el frío y la lluvia de los días de invierno de deberes y carcajadas en el comedor.Y al final, la vida y el tiempo te van enseñando a a amar esos pequeños detalles, que forman parte se tí, de tu vida, de tu apsado, de un tiempo que nunca más volverás a vivir y que por ello los revalorizas más por esa condición de "invivibles", de únicos..de "siempretuyos".


(20 de mayo de 2009, Madrid)


Y yo sigo queriendo contar otoños contigo.


Mires donde mires, en otoño todos parecemos vulnerables, faltos de afecto aunque vivamos en pura sobredosis. Sólo encuentras ciertas miradas perdidas, y otras que te suelen desviar. Cuando llega el invierno ya muchos morimos en silencio intentando sobrevivir, restando importancia al no sólo respirar sino al vivir en sí. La primavera llega floreciendo sentimientos olvidados. Recordando que sin regarlos poco aguantarán. Y muchos nos damos cuenta de que aunque se veía venir no nos hemos preparado. El verano llega como un susurro muy dulce, atrayendo hacía él lo mejor y lo de peor de nosotros. Llega con sus besos de las mil y una noches bajo una luna casi llena. Y luego dicen que las estaciones no nos cambian..

Un 23 de septiembre en el que quise olvidar, y no pude.


Cansada de las mañanas frías, de autobuses que nunca llego a tiempo a coger, cansada de mis manos heladas y de atardeceres de noche cerrada, de pensamientos irracionales que me llevan hasta la locura, de sonrisas que saben a mentira y de mentiras que parecen verdades.Cansada de un septiembre más sin tí, de días que no me dicen nada y de noches en las que no puedo dormir.Cansada de los finales felices y de la suerte en tus pestañas.Cansada de besos sin nombre, y de tantas cartas acumuladas aún sin envíar.Cansada de lágrimas secas y de sonrisas que no son más que el símbolo de la tristeza de un corazón desolado.Cansada de una vida que no está sino aún por empezar, cansada de esa música que consigue helarme el alma y de esos susurros dulces que nunca consigo entender(ni quiero).Cansada de tus tormentas de verano en pleno diciembre, de esa magia que veías sobretodo en la oscuridad, cansada de tus puntos suspensios en los te quiero y de esas carcajadas tuyas que me hacían cosquillas.Cansada de tus manos enredándose en mi pelo y de tus llamadas los domingos lluviosos.Cansada de mi miedo ante lo desconocido y de no saber decir te quiero con palabras.Cansada de amores, que no son sino mentiras, porque no consiguen ensancharme el alma y hacerme mejor persona.Ni siquiera consiguen que sueñe despierta y de besos con la nariz.Cansada de una vida que no puedo compartir con ella, ni hacer que sus ojos tristes consigan acordarse de mí.Cansada de la soledad o más bien de malos acompañantes que hacen que me sienta más sola que cuando no hay nadie.Cansada de creer que mañana será mejor, de morir varias veces al día sobretodo los jueves, de no saber captar la esencia del momento, del ahora y tener que esperar varios años para conocer la magia de ese instante.Cansada de llorar escuchando una melodía, o de no saber encontrar la belleza de un oceáno de sol, o de un libro viejo de papá, o de una rosa sin espinas.Cansada de este mundo de mentiras disfrazadas de verdades, de cárceles cuyo lema es la libertad, de cuentos sin final porquearranqué sus páginas, de trenes que nunca llegan y de la muerte en su mirada.Cansada de que nadie escriba mi nombre al lado de un día tres en su calendario o de que nadie me llame a medianoche.Cansada de semáforos en rojo sin beso inculido o de no volver a ver las calles mojadas de mi niñez.Cansada de no sentir la lluvia mojando mis pies descalzos o de no saber luchar por mis sueños.Cansada de no ser tu princesa y de que no me lleves a ver las flores de colores de Amsterdam.Cansada de todo, de nada.. Y esque nunca debía arrojar la llave que abre mi corazón al foso común donde yacen los sueños, las esperanzas y las ilusiones de días de incendios de nieve.


¿Sabes?Ya sé por qué te quiero... Te quiero porque eres casa, da igual lo que pase ahí fuera, porque juntas somos casa y todo está en paz. ♥


Maldita nieve de este largo enero, nos cubre el hielo de un silencio aterrador, mejor lo rompo yo. Las pocas fuerzas las empleo hablando, palabra dura que ametralla tu interior y parte el bloque en dos. Ya empezo el segundo asalto y esperaré el gran impacto, golpea bien, hazlo bien.Aún hay más, es algo extraño, a quien te ayuda lo rechazas sin pensar,...conmigo harás igual. Y sé que tu reinado es falso, y ves que yo lo he señalado y ya soy tu gran incomodidad. Y sé que si no hacemos algo el hielo durará mil años, ¿crees que alguien nos encontrará?Ganas tú el segundo asalto y lo haces sin mover tus brazos, esto sí fue un gran impacto. Golpeas bien, lo haces bien.


Hablar verdaderamente con alguien es abrazarlo, y en cuanto cruzamos las primeras palabras tuve la sensación de que habíamos empezado a hacer el amor.



Cuando me cansé de ser igual que los demás.Cuando quise ser diferente.

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Y en cuanto a mí, seguiré bucando mi estrella en el cielo triste de Madrid. La vida da muchas vueltas y en cada esquina te golpea fuertemente hasta que puedas visualzar el dolor, y yo decidí hace mucho tiempo ser de las que las devuelven, así que aunque un millón de cielos se pinten de grises, yo me mancharé las manos de azul para repintarlos. Y, aveces me da tanto miedo vivir que huyo de las calles encantadas, de las personas con sonrisas, de los libros y las canciones con mensaje secreto, huyo hasta de mi misma para adentrarme en un mi mundo inventado, solitario, frío y triste.

Pateando la vida, pintándola de azul, llorando a veces, riendo otras. Pero siempre, siempre, teniendo presente que lo importante es, en definitiva, vivir. Y es que, quizás soy de las que olvido demasiado pronto la magia de esta vida.

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Tengo miedo.Tanto miedo que creo que no podré continuar aquí, en este octubre de frío pegajoso, ese frío que no llega siquiera a helarte los dedos de los pies, ni siquiera te roza.Si al menos hiciese frío, pero ese frío que consigue helarte el alma, el corazón y hasta la sonrisa, si le dejas..si al menos pudiese crear vaho con forma de corazón en los cristales del autobús que me llevé a tí, si al menos pudiese rescatar aquellos guantes que aún guardan tu olor..si al menos...Al menos volvería a sentirme viva y no una estúpida que tiene miedo de esperar toda la vida el frío de nostalgía de aquellos días. No, así, yo no puedo quedarme, no puedo seguir en esta ciudad vacía, triste y dolorosa.No puedo seguir con este horario que llora la falta de cine y libros de madrugada.No.Tengo miedo a olvidarme de todo lo que soñé en aquellas noches de incendios de nieve.Tengo miedo a no volver a ser quién fuí, a no volver a quererte más y olvidarme de tu sonrisa y reemplazarla por otra más luminosa. Tengo miedo a no sentir lo que sentía cuando me ponía el gorro de lana que me regalste aquel dicimbre.Tengo miedo, mucho miedo.
Y todo por culpa de este maldito frío que ni siquiera duele.